Modular homes I
Da la impresión a veces que, en cada nuevo proyecto, el arquitecto debiera inventarlo todo para ser tomado como bueno por sus clientes. En algún momento el arquitecto tuvo la suerte de ser considerado un artista, y desde entonces parece que se le estuviera exigiendo siempre la busqueda continua de la creación y la innovación a todos los niveles posibles.
En contraposición a esa gran labor del artista, se nos ha presentado siempre la labor del artesano como alguien de segundo nivel. Alguien que repite técnicas y procesos en un ciclo continuo de acumulación de experiencia, cuando en realidad sabemos que hacer pequeñas mejoras a un producto de calidad es la base del diseño industrial que tanto nos enamora hoy en día.
Sin embargo a nivel arquitectónico la sociedad fomenta el ego de algunos creadores en la busqueda vacía de la originalidad para elementos de calidad que ya abundan en el mercado. Soluciones que ya funcionan a coste reducido!
Para reducir esta brecha, hubo esfuerzos desde principios del S.XX, en aras de introducir la estandarización en los edificios y aumentar así la calidad y el control de obra.
Según decía Hanes Meyer: “La nueva casa como construcción prefabricada es un producto industrial y como tal es obra de especialistas: economistas, estadígrafos, higienistas, climatólogos, Ingenieros industriales expertos en estandarización, técnicos del calor… ¿y el Arquitecto?… era un artista y se ha convertido en ¡un especialista en organización! La nueva casa es una obra social: libera a la industria de la construcción del paro parcial estacional.”
Más adelante, en 1957, Jean Prouvé muestra con la Maison tropical que una vivienda puede ya concebirse como un proceso mecanizado completo de ensamblaje de distintas partes. Los sistemas que diseña Prouve para el cerramiento están claramente pensados para favorecer la ventilación en un clima tropical, y consituyen un ejemplo de adaptación al entorno.
Esto se ha convertido en la actualidad en una practica arquitectónica convencional gracias a la amplia variedad de catálogos de sistemas de construcción mecanizada, que nos permiten ahorrar costes y plazos, pero mejorando la calidad.
El último paso en el proceso de la estandarización ha sido la aparición de la prefabricación de viviendas a bajo coste con diseños poco atractivos debido a su escasa capacidad de adaptación a los gustos del cliente. Son precisamente estas inciativas las que dan una connotación de poca calidad a los diseños estandarizados, pues el cliente los asocia al inmobilismo residencial de los años 60 y 70 donde la monotonía era la norma.
Entonces, ¿se podrían combinar la calidad de la estandarización pero con la suficiente flexibilidad de un diseño libre?
Ese fue el punto de partida del proyecto ConteneDomus. Un proyecto que pretende diseñar unidades prefabricadas que respondan a las estancias convencionales de una vivienda, pero que puedan ser ensambladas entre de si de infitas formas. Esto último, unido a diferentes opciones de personalización en cuanto a calidades y acabados confiere un plus de libertad pero manteniendo todo bajo un sistema 100% estandarizado.
El sistema se compone de 6 módulos: cocina, estar, dormitorio, dormitorio + baño, distribuidor + baño, cocina y núcleo vertical de comunicaciones para combinaciones en altura. Para facilitar la combinación, cada uno de estos módulos posee un sistema de instalaciones en anillo que mediante un kit de interconexión dar servicio a todas las instalaciones de la vivienda desde un módulo central.
Fomentar la estandarización de los proyectos es una línea de trabajo que lleva desarrollando ZER0CEM desde nuestra participación en este proyecto. Utilizamos la estandarización arquitectónica como medio para reducir impacto de obra y reducir emisiones de CO2.
Proximamente Viviendas modulares II: Conversación con Contenedomus!
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